Según la RAE, «Niño o muchacho, generalmente de condición humilde».
En alguna ocasión, ya hemos comentado lo sexista que resulta el lenguaje común; sin embargo, aquí se nos antoja clasista al tener un término tan específico que describa esta condición. Pero no voy a ser yo quien lo juzgue ya que, a la postre, el lenguaje es el espejo de la sociedad y tan versátil y lacerante como nosotros mismos.
A parte de esta estúpida reflexión, entendemos por arrapiezo también un jirón de tela, un harapo o un pingajo. Sin duda la zarria o guiñapo con el que se cubriría nuestro joven arrapiezo.