Siguiendo con la serie iniciada en la que analizo las pasarelas de los Austrias, hoy les quiero hablar del guardainfante. Efectivamente es el armazón metálico que sostenían las faldas que se lucen, por ejemplo, en el cuadro de «Las Meninas» del pintor Diego Rodríguez de Silva.
Su nombre se debe a que con esta prenda, las mujeres podían disimular su estado de buena esperanza, y además ocultar a su amante en caso de ser descubiertas. Lo que el amante podía hacer ahí debajo ya lo dejo a su imaginación.
Tal fue el uso y abuso que se hizo de esta prenda que Felipe IV, en 1639, se vio obligado a prohibirlo con la excepción de «las mugeres que con licencia de las Justicias públicamente son malas de sus personas, y ganan por ello.»
Os invito a que le echéis un vistazo al texto que no tiene desperdicio.